El consumo de aceite de oliva ha crecido fuertemente a nivel global durante la Pandemia. Particularmente en los Estados Unidos, donde la comida rápida y de restaurant es una tradición luego de un día laboral cansador, la obligación de quedarse en el hogar despertó un interés general por la cocina gourmet y los alimentos más saludables.

Si comparamos los años 2019 y 2020, observamos que las importaciones de aceite de oliva crecieron un 19% y se espera que a fines del 2021 todavía veamos una tendencia creciente. El año 2020 cerró con unas 400,000 toneladas, de las cuales alrededor del 65% pertenecieron a la categoría de ¨no orgánico¨ (incluyendo distintos tipos como virgen y extra virgen). Aunque es verdad que la mayoría de las ventas realizadas pertenecieron a esta categoría, aceite de oliva orgánico creció un 4% durante la Pandemiay hubo un mayor interés en explorar marcas más pequeñas aunque de mayor calidad.

Es importante destacar que durante la Administración Trump se había impuesto una tarifa arancelaria del 25% al aceite de oliva proveniente de España en el 2019. Esto hizo que las importaciones provenientes de este país bajaran más del 42% en un año, pasando de ser el principal vendedor en el 2019 a estar en tercer lugar en el 2020. Si bien esto llevó a que las empresas buscaran alternativas en otros países, aumentando las oportunidades de negocios, esta tarifa se eliminó en el 2021. Por eso, si una empresa quiere entrar en el mercado debe tener los recursos necesarios y estar preparado a nivel interno, a nivel exportación y a nivel venta local para poder competir debidamente y escalar.

Ahora bien, los productores pueden preguntarse qué tan factible es vender estos tipos de productos en el país norteamericano. Aunque es verdad que la competencia es muy alta, si el vendedor encuentra un nicho de mercado particular, esta es la oportunidad perfecta para lanzarse y buscar nuevos clientes. ¿Por qué?

• El creciente interés por este tipo de productos: Aprovechar la tendencia del consumo de mercado es fundamental. De todas maneras, la empresa que quiere entrar a competir debe analizar específicamente cuáles son sus productos estrella, cuáles podrían funcionar para el paladar norteamericano, y entender el consumo interno, además de su competitividad en el exterior.
• El proceso de importación no es difícil: Aunque son varios los requerimientos solicitados por los organismos gubernamentales de Estados Unidos, las certificaciones se pueden obtener mediante las inspecciones y análisis adecuados. Con respecto a otras barreras a la importación, las mismas son más bien administrativas y fáciles de cumplir en comparación a otras categorías de productos que requieren procesos de largos e interminables meses.
• El crecimiento del e-commerce facilita la venta a empresas de todo tipo, como mayoristas, pequeñas empresas o consumidores finales. Aun así, es fundamental que el vendedor haga un plan de negocios que incluya una amplia inversión en marketing, ya que los costos en los Estados Unidos son muy elevados y tanto la imagen de marca como las opiniones de los consumidores tiene un gran impacto en el futuro de la empresa.

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Fuente: Análisis propio obtenido de datos de Sicex.

Autor: María Kim (Founder, OnetoOne Int’l Trade Consulting)

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